El papa Francisco saca de las sombras a la Teología de la
Liberación
El papa Francisco recibió
recientemente al sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez, padre de la Teología de
la Liberación, mantenida en las sombras por el Vaticano desde Juan Pablo II,
dando una señal de renovación tras más de tres décadas de conservadurismo.
La reunión entre ambos, revelada
el jueves por el Vaticano, marca el punto más alto hasta hoy de lo que se
considera la rehabilitación de la Teología de la Liberación (TL), corriente
nacida en América Latina en los años 1970 y combatida por el Vaticano, que la
tachaba de influencias marxistas.
"La visita de Gutiérrez es
una suerte de recuperación oficial de la Teología de la Liberación, después de
décadas de apartamiento y condena al silencio", dijo a la AFP Luis Pásara,
investigador sobre catolicismo y profesor en la Universidad de Salamanca.
Según Pásara, "que Francisco
haya recibido a Gutiérrez suscita una reflexión que puede ser obvia para
muchos, pero es importante para los escépticos: un cambio de cierta importancia
está ocurriendo en la Iglesia bajo la conducción del jesuita argentino que
desempeña el papado".
Para el profesor estadounidense
Jeffrey Klaiber, historiador de religiones en la Universidad Católica del Perú,
"este es un nuevo y gran paso para recuperar de las sombras a la Teología
de la Liberación".
Klaiber destacó que "esta
teología fue revisada y aprobada por Benedicto XVI pero luego fue marginada,
como si fuera un tema para no tocar en la Iglesia, por la cúpula
vaticana", donde el Opus Dei jugó un rol relevante.
El cardenal peruano y arzobispo
de Lima, Juan Luis Cipriani, primer purpurado del Opus Dei en América Latina y
enemigo de la TL, ha evitado de momento aludir al tema.
Un hecho significativo es que la
reunión entre el Papa Francisco y Gutiérrez se produce días despúes de
conocerse que dejará su cargo el poderoso secretario de Estado del Vaticano,
Tarcisio Bertone.
"El problema del Vaticano
con la Teología de la Liberación terminó hace años, pero ha habido un sector de
la Iglesia que ha insistido en dejar siempre la aureola de que es mala para el
catolicismo", dijo a la AFP la teóloga Gladys Huamán, profesora en la
Universidad Católica.
El primer paso importante lo dio
el arzobispo alemán Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la
Doctrina de la Fe, con la edición en italiano de un libro ya publicado en 2004
en Alemania, "De parte de los pobres, Teología de la Liberación, teología
de la Iglesia", pero recién este año publicado en Italia. Sus autores son
el arzobispo y el propio Gutiérrez, amigos desde hace más de una década.
Gutiérrez, de 85 años y sacerdote
dominico, comparó la semana pasada al papa Francisco con el papa Juan XXIII
(1958-63), quien promovió el Concilio Vaticano II, motor de los cambios en la
Iglesia católica en la década de 1960, en una entrevista al portal de Internet
Vatican Insider.
"Ha tocado teclas que no
eran tocadas desde hace mucho tiempo: la evangelización y el anuncio del reino
son para todos. Esto significa ir al encuentro de los puntos importantes, por
ejemplo, la justicia. Francisco está enfatizando mucho esta novedad, con
carisma verdaderamente extraordinario. Él me recuerda al papa Juan XXIII",
dijo Gutiérrez.
"La teología de la
Liberación está en el Evangelio. Y el papa es muy evangélico, su modo de actuar
lo manifiesta", resaltó Gutiérrez.
La visita del teólogo peruano al
papa Francisco demuestra también "que su larga espera, refugiado entre los
frailes dominicos y guardando rigurosa afonía, ha rendido frutos. Gutiérrez ha
ganado una importante batalla", señaló Pásara.
"¿Qué hará con ese triunfo
la Iglesia de izquierda latinoamericana y mundial? Es otra pregunta clave para
observar lo que viene, cuya respuesta afectará ahora no sólo a quienes eran
disidentes bajo obligado silencio sino el propio rumbo del papado de
Francisco", sostuvo Pásara.
El enfrentamiento entre el
Vaticano y la Teología de la Liberación data del pontificado de Juan Pablo II,
quien en 1979 declaró que "una concepción de Cristo como político,
revolucionario, como el subversivo de Nazaret no corresponde a la catequesis de
la Iglesia".
Durante su largo papado, Juan
Pablo II redujo el poder y la influencia de los obispos que adherían a la
Teología de la Liberación, como Dom Paulo Evaristo Arns, arzobispo de Sao
Paulo, al que recortó su diócesis, promoviendo o nombrando una generación
entera de obispos conservadores.
El prefecto para la Doctrina de
la Fe de entonces, Joseph Ratzinger, futuro Benedicto XVI, llamó al orden a
varios teólogos, entre ellos al brasileño Leonardo Boff, a quienes reprochó que
aprobaran la lucha de clases y la violencia revolucionaria, concepciones que
perdieron fuerza tras la caída del comunismo.
El papa Francisco, defensor de
una Iglesia de los pobres, siempre ha sido crítico con estos teólogos por las
mismas razonas que su predecesor.
(AFP)
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