Especial de Prensa
Phil Wheaton: “Hay una nueva concientización del pueblo chileno y eso es una inspiración”
Diario Uchile | Viernes 13 de septiembre 2013
Sacerdote episcopal anglicano, misionero en Centroamérica, en Chile durante la Unidad Popular. El recorrido cultural y geográfico de Phil Weathon es amplio, con especial mirada a lo que ocurre en nuestro país durante esta semana. También, un análisis crítico a la postura de Barack Obama y Estados Unidos con su manejo imperialista de la política internacional.
Phil
Wheaton (en la foto junto a guerrilleros en El Salvador), teólogo de la
liberación, sacerdote episcopal anglicano, historiador, misionero en
Centroamérica (República Dominicana, Costa Rica y Nicaragua), Pastor de la Congregación Ecuménica
de Cristo en Washington, tiene un amplio historial de experiencia junto a los
pueblos. Miembro del Comité de Solidaridad Indígena, miembro de muchas
organizaciones de solidaridad, estuvo en Chile en la conmemoración de los 40
años del Golpe Militar, y entrevistado por Juan Pablo Cárdenas, nos compartió
su visión de un país en el cual estuvo durante la época de la Unidad Popular.
El reciente Premio Nacional de
Artes, Alfredo Jaar, declaraba que “los norteamericanos no sólo contribuyeron a
derrocar a la UP
el 11 de Septiembre, sino que nos robaron la fecha, por el ataque a las Torres
Gemelas” ¿Qué sentimiento tiene usted ante esta fecha y esos dos sucesos
históricos?
- Tengo una
perspectiva más histórica para interpretar lo que pasó en esa fecha, es algo
típico del Pentágono y la CIA
de usar fechas de lo que hicieron en el pasado y aplicarlo para nuevos eventos,
ya que ambas cosas tienen los mismos números. Yo estaba acá durante el gobierno
de Allende y supe lo que hizo Henry Kissinger en Estados Unidos, es un recuerdo
vivo. Muchos amigos volvieron huyendo, y vivimos juntos por cerca de diez años
en una casa, y compartían conmigo mucho de lo que pasaba acá. Los enlaces de
tiempos y experiencias es una cosa muy personal.
Los chilenos estamos muy
aislados, por ejemplo no conocemos mucho el fenómeno por lo que pasó en Nueva
York, pero nos preciamos de la solidaridad que hemos recibido del mundo.
Quisiera preguntar tu impresión por el recuerdo del mundo hacia la figura de Salvador
Allende.
- Año a
año, conmemoramos en el mismo lugar donde ocurrió el atentado contra Orlando
Letelier. Recordamos las matanzas, y Pinochet estuvo en Washington DC con
permiso de libre tránsito, sin ninguna mención del gobierno de los EEUU sobre
lo que pasó aquí, entonces esos eventos son importantes para nosotros, recordar
cada año, y es algo a lo que asistimos para nunca olvidar. Siempre hay un
número amplio de personas que asisten, pero el público en general no hace la
conexión y se olvida del pasado. Para mí es algo personal, es parte de la
historia del pasado, lo que guarda para nosotros el pasado es información que
debemos sacar para entender el presente. Allende es una persona importante,
nosotros tenemos que recordar, creo que es nuestro trabajo para despertar en la
mente de otros.
En su biografía leo que, además
de pastor anglicano, se define como antimperialista. En ese sentido, ¿cuál es
su posición ante el rol del presidente Obama en el escenario internacional?
- Es
interesante, el pueblo norteamericano no sabe lo que significa el imperialismo.
Hay libros que hablan de lo que pasó en la formación de los Estados Unidos,
cuando hay argumentos en la formación de la República , y se admite
que “ahora estamos convencidos que esta Constitución es la mejor y jamás
desarrollada para el desarrollo de nuestro imperio y la libre expresión”. Este
tema fue un principal argumento inteligente, los padres fundadores de este país
ya lo fijaron.
Pensamos en la idea que las
intervenciones tendrían un enorme respaldo popular. Si bien la gente tenía que
soportar que los soldados volvieran en ataúdes, ahora vemos una mayoría que no
quiere invadir Siria, pero pareciera que eso ya no le importa al Presidente
Obama y la clase política.
- Está en
la mente de todos los norteamericanos. Lo de Siria es algo presente, pero está
la guerra en Vietnam como precedente, un total fracaso, y la gente estaba en
contra de ello. El Presidente tuvo que sacar sus tropas, no podíamos seguir
perdiendo vidas, y no teníamos los recursos para mantener un ejército con
“botas en la tierra”, como decimos. Es un factor absoluto para todos los
países, pero es cierto que cuando uno vive en un imperio, hay muchos
beneficios. No importa si es Babilonia, Roma u otro imperio, son los que
proveen a su pueblo de muchos beneficios, que vienen de recursos naturales de
países que intervinieron. En el caso de Afganistán, es conocido como el
cementerio de los imperios. Diferentes imperios lo han invadido, y la gente no
se da cuenta que los EEUU sólo somos uno de ellos, y fracasamos como pasó en
Vietnam.
Está el argumento de armas de
destrucción masivas, o ahora, armas químicas. Luego aparecen los drones, los
aviones no tripulados, con bandera norteamericana. ¿Puede considerarse un drone
un arma de destrucción masiva?
- El
desarrollo de drones es el sustituto ideal para las guerras del futuro. En vez
de soldados, estos drones estarán escondidos en lo que se llama nenúfares,
lugares ocultos detrás de montañas, y salen para matar a personas sin nadie a
bordo. Esto se compartirá con otros países, es un negocio que crece
rápidamente. El otro día estuvimos en uno de los principales edificios de
Washington en una presentación oficial de los drones y la venta de ellos. Hay
gente que ha enfrentado al presidente de los Estados Unidos respecto de la
guerra por drones, hay un libro ‘¿Cómo matar vía control remoto?’, y se le
vendía a la gente que asistió a esa presentación. Y hay gente que dice que se
está lanzando la venta de drones, y cada país tendrá escondido un drone listo para
atacar en algún momento de emergencia.
En el mundo se sospecha de un
ataque que planea Obama a Siria para probar el ataque por drones. Digo Obama
porque tuve esperanza en este presidente negro, leí dos libros sobre su vida y
me sentía en presencia de un liderazgo que prometía un cambio. Ahora soy uno de
los decepcionados de su gobierno. ¿Cuál es su impresión respecto de la gestión
de Barack Obama?
- Yo voté por Obama, en la primera elección, y tenía la misma esperanza, como
muchos norteamericanos, en la diferencia a contribuir en esto, pero hay una
decepción incluso desde los demócratas. Los representantes de los republicanos
son peores, pero es una cosa muy curiosa. Creo que él es una persona sumamente
inteligente y afable, se mezcla muy bien con la gente, no en la parte racial,
no creo que sea un don de su gestión, quizá de su esposa. Pero incluso en
Chicago, la gente ya no tiene confianza en él, es un proceso de tratar a
entender qué hay en su alma, cuáles son sus motivos y fines para ese proceso, y
ha generado profundas divisiones no sólo entre los partidarios, sino entre toda
la población. Tenemos que entender eso, no podemos entenderlo sin que nuestro
país deje de ser un imperio, con grandes recursos y beneficios. Muchos
norteamericanos privilegian los beneficios. En cuanto a las guerras, buscamos
matar a los rusos, a los afganos, a gente en otros países. Ahora vemos que el
capitalismo surge en Vietnam, los comunistas están embargados, entonces el
motivo queda como una mala excusa para las guerras.
Uno ve que en algunas partes
del mundo se ve un acercamiento entre las comunidades cristianas y los
movimientos sociales de América. Da la sensación de un comunismo real que puede
convivir con el cristianismo más auténtico. En ese sentido, ¿qué opinión tiene
de la causa zapatista, o bien, de los mapuches?
- Estados
Unidos colaboró con la muerte de indígenas. Tenemos el caso de Rigoberta Menchú
en Guatemala, quien recibió el Premio Nobel de la Paz , y creo que era totalmente
merecido, y eso significa aceptar que ella presenció la matanza y que sus
padres fueran quemados, en su presencia, por parte de un ejército dirigido
desde Estados Unidos. Obama recibió el Premio Nobel a la Paz , y la gente se pregunta
qué ha hecho por la paz, y quizá qué día hará algo, porque él está apoyando el
aumento de guerras cuando se inició en la presidencia. Con el fin de eliminar a
los talibanes, fue su argumento, y entró en Medio Oriente con la razón de sacar
el petróleo, fue un timo, no hay otra excusa, entonces tenemos que ir al fondo
de las cosas y ver cuál es el motivo real. Hay gente que dice que hay que ir a
la política profunda para saber qué está pasando, ver el papel de las
transnacionales, con sus intereses en los recursos naturales, y eso perjudica a
los indígenas, en este caso los mapuches, o bien de los zapatistas.
En la Araucanía tenemos una
confrontación no solo entre mapuches y el Estado, sino entre los intereses
culturales mapuches y quienes quieren ganar dinero con industrias que atentan
contra el ecosistema en esta zona. Usted ha sido crítico de esta industria
biológica, y de Monsanto específicamente. ¿Cuál es su visión de los productos
transgénicos en la agricultura?
- Yo he estado en fincas de Monsanto, campos gigantes que no ves el fin de los
terrenos. Esto en San Fernando, sexta región, y la gente nos explicaba de los
transgénicos. Nosotros sabíamos, pero él nos mostraba los productos, muy raros,
con raíces con otro color, parecen plásticos en su forma, y sirven para una
sola estación, y no se reproducen. Un pequeño campesino estará a voluntad del
deseo de Monsanto, con la necesidad de comprar sus semillas en cada temporada.
Y hay mucha oposición a un grupo de pocas personas que quieren implementar este
sistema, hay muchos que se quejan de la presencia de Monsanto.
Esta producción de transgénicos
está en el Tercer Mundo, ¿en Estados Unidos esto se permite sin control como
acá?
- En
Minnesota hay algún desarrollo, pero no tengo suficiente información, pero
sabemos que está activo allá, y prepara desde ahí también una expansión
mundial. Esto implica al futuro que se eliminen producciones agrícolas que sean
para el desarrollo. Esto para tener que pagarles a ellos por nuestro sostén, o
porque no habrá suficiente producción de países pobres para conseguir
vegetales.
Uno imagina que Monsanto tendrá
el control de las semillas y de los precios, manejando la producción, nunca con
un fin altruista, menos para ayudar a los que no tienen tierras. Además de lo
que podría comprobarse como dañino para la salud humana. ¿Hay conciencia en
EEUU de lo que está pasando?
- Tenemos
que mirar el medioambiente, porque eso afecta y estamos viendo que este es uno
de los años más desastrosos por los efectos del medioambiente, resultado de
cómo estamos usando nuestros recursos. Creo que hay posibilidad de que varios
sectores agrícolas en EEUU no puedan producir por las condiciones ambientales,
es un momento muy precario respecto de la alimentación y del cambio climático.
No puedo dejar de preguntarle,
satisfacer mi inquietud de porqué un sacerdote está preocupado de estos temas.
Los evangelios son de por sí una política libertaria y revolucionaria, desde
cierta mirada. ¿En qué basa una obligación de los creyentes de luchar por la
justicia, el cambio, y oponerse al imperialismo y la acumulación de la riqueza?
¿Cómo concilia el estar dedicado a estos temas, con un espíritu evangélico o
político?
- La
respuesta está en el Viejo y el Nuevo Testamento, la palabra profética es
desenmascarar a los poderes injustos en el mundo, ese es el rol y es parte del Antiguo
Testamento, es la parte más numerosa y profunda, con mayor acercamiento por los
pobres y rechazo de los imperios, el rey David de corrompió, también Salomón, y
ahí surgen los profetas revelando esto. El Apocalipsis es un libro que anticipa
lo que pudiera venir si abandonamos la justicia. Hay tres factores
fundamentales, uno es la verdad, no se puede mentir, es muy importante.
Segundo, la justicia, ser justo para todos en el mundo. Tercero, el amor, la
compasión con los nadie, los que no tienen importancia, y eso es importante.
Jesús era un profeta y desafió al Imperio Romano, entonces debemos entender su
rol activo de base con los pobres, donde empezó su movimiento. Eso es nuestro
llamado como cristianos, el principal punto de la Biblia en cuanto a la
palabra. La palabra profética es nuestra arma, no es matar a alguien, sino
desenmascarar y hablar con la verdad.
Finalmente, ¿Con qué impresión
te vas de Chile al ver este país a 40 años del Golpe?
- Fui a la
marcha el domingo pasado, en el Cementerio General. Dijeron 30 mil personas,
pero creo que fueron más de 50 mil personas. Había mucha convicción de lo que
Salvador Allende representa para Chile. Es importante estar ahí y testificar.
Creo que en esta situación, estamos mirando una resurrección del pueblo
chileno, ha habido tantos libros nuevos de lo que ocurrió en el pasado, que hay
un despertar, una nueva conciencia, y eso no está mencionado en la prensa ni en
El Mercurio. Apareció Clarín luego de 40 años, entonces veo una iluminación
expandiéndose en el pueblo, mucha gente preocupada por lo que está pasando. Lo
llamaría una nueva concientización del pueblo chileno, y eso para mí es una
inspiración.
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