sábado, 26 de abril de 2014

LA MUJER

Los dos hechos más importantes del misterio de la salvación que relatan los evangelios y que hemos revivido en esta Pascua, tienen como protagonista eminente a la mujer. La Anunciación del ángel a María de que iba a ser la madre del hijo de Dios y su confiada aceptación, abren las puertas de la infinita misericordia. Y la frase que Lucas atribuye a los ángeles cuando “las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado” y “ellos le preguntaron: ¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado” anuncia la victoria de Jesús sobre la muerte y con ella la redención de la humanidad que celebramos el domingo. El anuncio de la encarnación y el de la resurrección fueron ambos hechos por Dios a la mujer.

La mujer al principio y la mujer al final del mensaje evangélico. La mujer como receptora y transmisora de los hechos culminantes del misterio de la salvación. En ambos casos los hombres desconfían y temen. José legítimamente desconfía de María con quién aún no se había casado. Los apóstoles descreen de María Magdalena y las mujeres que corren para anunciarles la Resurrección. Según Lucas, Jesús se los reprocha a los discípulos de Emaús: “¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas!”. Quizás sea ya tiempo de que la mujer recupere plena y definitivamente el lugar que le corresponde, tanto en nuestras propias vidas como en la vida del Pueblo de Dios.


Hernán Patiño Mayer

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