Sábado, 2 de noviembre de 2013
Reflexión de Monseñor Marcelo Colombo, Obispo
de La Rioja, sobre la democracia
A 30 años de la recuperación de la democracia
Por el obispo Marcelo Colombo y presbiterio de
la Diócesis de La Rioja.
1. Como ciudadanos y pastores de nuestra
Iglesia riojana, damos gracias al Señor por los 30 años de vida en democracia
que vamos construyendo juntos en nuestra Patria. Pues creemos que ella expresa
muchos de los valores del Reino de Dios, inaugurado y predicado por Jesús. Nos
sentimos orgullosos al ver a nuestro pueblo que se involucra participando en
ella.
Muestra de esto han sido estas últimas
elecciones, en las que hemos visto una concurrencia mayoritaria a las urnas.
Alienta nuestra esperanza el creciente número de ciudadanos que generosamente
se ofrecen como candidatos, deseando representar los distintos intereses y
voces de nuestro pueblo. Felicitamos a los que han sido electos por la voluntad
popular para desempeñarse como legisladores provinciales y nacionales. Rogamos
al Señor que los ilumine y acompañe en el ejercicio de su servicio.
2. Por otra parte, creemos conveniente
expresar nuestro dolor porque en 30 años no hemos logrado desterrar las viejas
prácticas del clientelismo y la dádiva. Creemos que lastiman a la democracia
hechos como los que hemos podido observar durante la campaña electoral:
ofrecimiento de contratos laborales, asignación de pensiones, reparto de
materiales de construcción, entrega de sumas de dinero, presiones por parte de
las autoridades a los empleados.
Nos preocupan las modalidades que van
adquiriendo los cierres de campaña, los cuales, en lugar de presentar a los
candidatos y sus propuestas, se han transformado en festivales en los que se
sortean vehículos, casas, electrodomésticos, con el único objetivo de reunir
personas queriendo mostrar un engañoso poder movilizador. Si la democracia
dignifica a nuestro pueblo en su participación, estas prácticas lo humillan y
menosprecian en su dignidad; si ella debe ser un espacio fecundo para el
diálogo y el debate de ideas y proyectos, éstas la transforman en un destructor
intercambio comercial de bienes y voluntades.
3. Por último, nos parece oportuno reafirmar
el valor del poder legislativo y su función en las instituciones de nuestro
sistema democrático. Animamos a nuestros representantes en las instancias
legislativas a nivel nacional, provincial y municipal, a mantener la independencia
de su función y que no se transformen en gestores de ministerios y secretarías
de las instancias ejecutivas. También a abocarse a la creación de espacios de
debate democrático para que nuestro pueblo se involucre en el mejoramiento de
la calidad de la democracia y de las condiciones de vida en nuestra provincia.
El papa Pío XII recordaba que la política es
la forma más alta de la caridad: desde nuestro ministerio pastoral queremos
acompañarlos en el compromiso evangélico de servir a la sociedad y, en particular,
a los más pobres.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario