PAPA FRANCISCO
MISAS MATUTINAS EN LA
CAPILLA DE LA DOMUS SANCTAE MARTAHE
Discípulos de Cristo y
no de la ideología
Jueves 17 de octubre
de 2013
Fuente: L’Osservatore Romano, ed. sem. en
lengua española, n. 42, viernes 18 de octubre de 2013
«Cuando un cristiano se convierte en discípulo
de la ideología, ha perdido la fe y ya no es discípulo de Jesús». Y el único
antídoto contra tal peligro es la oración. Este es el mensaje que el Papa
Francisco tomó de la liturgia de la Palabra de la misa celebrada el jueves 17
de octubre por la mañana en Santa Marta.
El Pontífice centró su
homilía en el pasaje evangélico de Lucas (11, 47-54) que relata la advertencia
de Jesús a los doctores de la ley —«Ay de vosotros, que os habéis apoderado de la
llave de la ciencia; vosotros no habéis entrado y a los que intentaban entrar
se lo habéis impedido»—, asociando a ello la imagen de «una iglesia cerrada» en
la que «la gente que pasa delante no puede entrar» y de donde «el Señor que
está dentro no puede salir». De aquí la referencia a esos «cristianos que
tienen en su mano la llave y se la llevan, no abren la puerta»; o peor, «se
detienen en la puerta» y «no dejan entrar».
¿Pero cuál es la causa
de todo ello? El Santo Padre la identificó en la «falta de testimonio
cristiano», que se presenta aún más grave si el cristiano en cuestión «es un
sacerdote, un obispo, un Papa». Por lo demás, Jesús es muy claro cuando dice:
«Id, salid hasta los confines del mundo. Enseñad lo que yo he enseñado.
Bautizad, id a las encrucijadas de los caminos y traed a todos dentro, buenos y
malos. Así dice Jesús. ¡Todos dentro!».
En el cristiano que
asume «esta actitud de “llave en el bolsillo y puerta cerrada”» existe, según
el Pontífice, «todo un proceso espiritual y mental» que lleva a que la fe pase
«por un alambique» transformándola en «ideología». Pero «la ideología
—advirtió— no convoca. En las ideologías no está Jesús. Jesús es ternura, amor,
mansedumbre, y las ideologías, de cualquier sentido, son siempre rígidas». Se
corre el riesgo de hacer al cristiano «discípulo de esta actitud de
pensamiento» antes que «discípulo de Jesús».
Por ello sigue siendo
actual el reproche de Cristo: «Vosotros os habéis llevado la llave del
conocimiento», pues «el conocimiento de Jesús se ha transformado en un
conocimiento ideológico y también moralista», según el mismo comportamiento de
los doctores de la ley que «cerraban la puerta con tantas prescripciones». El
Papa recordó al respecto otra advertencia de Cristo —contenida en el capítulo
23 del Evangelio de Mateo— contra escribas y fariseos que «lían fardos pesados
y se los cargan a la gente en los hombros». Es precisamente a causa de estas
actitudes que se desencadena un proceso por el que «la fe se convierte en
ideología ¡y la ideología espanta! La ideología expulsa a la gente y aleja a la
Iglesia de la gente».
El Papa Francisco
definió «una enfermedad grave ésta de los cristianos ideólogos»; pero se dijo
también consciente de que se trata de «una enfermedad no nueva». Ya había
hablado de ello el apóstol Juan en su primera carta, describiendo a «los
cristianos que pierden la fe y prefieren las ideologías»: su «actitud es
hacerse rígidos, moralistas, “eticistas”, pero sin bondad».
Entonces es necesario
preguntarse qué provoca «en el corazón de ese cristiano, de ese sacerdote, de
ese obispo, o de ese Papa» una actitud así. Para el Papa Francisco la respuesta
es sencilla: «Ese cristiano no reza. Y si no hay oración», se cierra la puerta.
Así que «la llave que
abre la puerta a la fe es la oración». Porque «cuando un cristiano no ora, su
testimonio es soberbio». Y él mismo es «un soberbio, es un orgulloso, es uno
seguro de sí, no es humilde. Busca la propia promoción. En cambio, cuando un
cristiano ora, no se aleja de la fe: habla con Jesús».
El Santo Padre
puntualizó al respecto que el verbo «orar» no significa «decir oraciones»,
porque también los doctores de la ley «decían muchas oraciones», pero sólo
«para hacerse ver». En efecto, «una cosa es orar y otra es decir oraciones». En
este último caso se abandona la fe, transformándola precisamente «en ideología
moralista» y «sin Jesús».
Quienes oran como los
doctores de la ley —apuntó el Pontífice— reaccionan de igual modo «cuando un
profeta o un buen cristiano les reprocha», utilizando el mismo método que se
usó contra Jesús: «Al salir de allí los escribas y los fariseos empezaron a
acosarlo implacablemente —dijo, repitiendo las palabras del pasaje evangélico—
y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas, tendiéndole trampas
para cazarle con alguna palabra de su boca». Porque —comentó— «estos ideólogos
son hostiles e insidiosos. ¡No son transparentes! Y, pobrecitos, ¡son gente
ensuciada por la soberbia!».
De ahí la invitación
conclusiva a pedir al Señor la gracia de no dejar nunca «de orar para no perder
la fe» y de «permanecer humildes» a fin de no transformarse en personas
cerradas «que cierran el camino al Señor».