Somos un grupo de laic@s hermanad@s en la Fe Cristiana.

Nos convocó inicialmente la insolente provocación del ex dictador Jorge Videla al reivindicar los crímenes aberrantes del terrorismo de estado, reconocer la complicidad o indiferencia de integrantes de la jerarquía eclesiástica y hacer público su libre acceso al sacramento de la Eucaristía.

Hicimos nuestro firme reclamo a la Conferencia Episcopal y manifestamos nuestra frustración frente a una respuesta que consideramos insuficiente.

Aguardamos aún que se ponga en marcha un nuevo compromiso con la verdad y se enfrente con decisión una cuestión que, por formar parte de su propia historia, es una deuda que reclama una pronta y completa superación. La continuidad del silencio afecta la credibilidad pastoral en el pueblo de Dios.

A partir de entonces hemos decidido darle continuidad a nuestra vocación y compromiso, como modestos protagonistas del proceso de transformación de nuestra Iglesia, recordando cada día los valores evangélicos y esperanzados en el liderazgo del papa Francisco, imploramos la asistencia de Nuestra Señora de Luján, madre y mediadora ante Cristo nuestra Esperanza.

lunes, 3 de marzo de 2014

Apreciada familia, amigo/a, enviamos vídeo de teólogo español José Maria Castillo. Que nos invita hoy a reflexionar en la participación del Pueblo de Dios en la renovación de la Iglesia. En la democratización de la Iglesia.

Fraternalmente, Enrique Orellana

***José María Castillo

Granadino nacido en 1929. Tras estudiar bachillerato en Granada ingresó en la Compañía de Jesús, que abandonó por «agotamiento psiquico» año y medio más tarde. Ordenado presbítero por el obispo de Guadix Rafael Álvarez Lara. Fue párroco en un pueblo de Granada e ingresó de nuevo en la Compañía de Jesús en la que ha permanecido hasta 2007, año en que la abandonó a petición propia.

Es licenciado en Filosofía y en Teología por la Facultad de Teología de Granada y doctor en Teología por la Universidad Gregoriana de Roma.

Desde 1968 fue profesor de Teología dogmática en la Facultad de Teología de Granada. También ha sido profesor profesor invitado en la Universidad Gregoriana de Roma, en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid y en la Universidad Centroamericana «José Simeón Cañas» de El Salvador. Ha sido vicepresidente de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII.

En 2011 fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Granada.

¿Se está renovando la Iglesia?

La comisión de ocho cardenales, que ha designado el papa Francisco, trabaja intensamente estos días para ofrecer a los cristianos un proyecto de renovación de la Iglesia. Puede centrarse principalmente en una depuración de los responsables de tantos casos de corrupción y de escándalo, de los que nos vamos enterando. Y, esto supuesto, preparar una renovación del modelo vigente de gobierno en la Iglesia, reduciendo el papel avasallador que actualmente tiene Roma en la toma de decisiones, dando más participación a los obispos, especialmente a las Conferencias Episcopales, en la gestión de los asuntos, y quizá insistiendo en una mayor participación de los seglares (también las mujeres, por supuesto) incluso en altos cargos de gobierno.

Es evidente que, si todo esto se llevara a cabo, los cambios indicados - si no se quedan en letra muerta - representarían un cambio de época en la historia de la Iglesia y del papado. Sobre todo, si el gobierno de la Iglesia recupera el modelo sinodal, que estuvo en vigor durante el primer milenio de nuestra historia eclesiástica. Nadie duda que esto sería un motivo de notable alegría para cuantos deseamos esa "otra Iglesia" más comunitaria, menos jurídica y más participativa.

Pero la pregunta de fondo, que aquí se plantea, nos confronta con la siguiente cuestión. Por supuesto, todo esto es conveniente, es importante, es sobre todo necesario. Pero, resolviendo los problemas administrativos, que se refieren a la gestión y al gobierno de la Iglesia, ¿con eso, nada más, esta Iglesia que tenemos va a responder a las cuestiones de fondo que hoy se plantean tantas personas de buena voluntad, que le buscan un sentido a sus vidas y una solución a este mundo tan desquiciado?

Mi convicción, en este orden de cosas, es la siguiente: la Iglesia no tiene solución mientras no ponga en el centro de su vida el mensaje fundamental y desconcertante del Evangelio. Ahora bien, el problema capital, que aquí encontramos, está en que el centro de la vida de la Iglesia no es el Evangelio, sino la Religión, con sus "dogmas", sus "leyes" y sus "ritos". Esto supuesto, el problema no se resuelve manteniendo los "dogmas", reforzando las "leyes", y haciendo que los "ritos" resulten más solemnes o más fáciles, con tal que se observen. Todo esto no servirá sino para que la Religión cobre fuerza y la gente sea más "religiosa". Pero, si es que ponemos en eso la renovación de la Iglesia, lo que se consigue es que seremos más "religiosos", pero menos "evangélicos".

COMO LAICOS SEGUIMOS ESPERANDO QUE NOS RENUEVEN LA IGLESIA MAS QUE PROTAGONIZANDO ESA RENOVACIÓN.   ¿ QUÉ MENSAJE ENVIARÍA A LOS LAICOS ?    
(Minuto 2:09 )

Que no esperemos que nos la renueven. No la van a renovar. Por que quienes tienen en sus manos la sartén por el mango, no van a soltar el mango.Y por lo tanto, no les interesa una renovación en la que el pueblo tenga una participación importante. Por tanto, la renovación depende fundamentalmente de nosotros.
Lo que tenemos que preguntarnos no es si el Papa, si el Vaticano, si la Conferencia Episcopal va a renovar a la Iglesia, sino, si no nosotros estamos en condiciones de tomar y afrontar en serio esta renovación ? Una renovación que tiene que consistir en el retorno al evangelio y en retomar el mensaje de Jesús.

SI TU NO LE HACES LÍOS A LOS ABUSADORES ¿¡ ENTONCES QUIÉN?!

Jesús fue ayer en el templo y ahora "UN INDIGNADO"


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